El 20 de noviembre de 2010, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner realizó el acto de la Soberanía Nacional y declaró ese día feriado nacional. La historiadora Araceli Bellota, en el acto de este año y con la presencia del presidente Alberto Fernández, el gobernador Axel Kicillof y el gabinete nacional, compartió los hechos acontecidos aquel 20 de noviembre de 1845:

«Pasó acá, en este mismo lugar, con esta misma geografía, pero hace 175 años. Fue el 20 de noviembre de 1845 y la historia la recuerda como la Batalla de la Vuelta de Obligado. De un lado, las fuerzas de la confederación argentina. Del otro: franceses y británicos juntos, uniendo fuerzas para abrir una brecha en la soberanía nacional.

Los británicos ya venían de sumar dos fracasos en su intento de colonizarnos. ¿Cuál era la situación política en ese momento? ¿Por qué querían invadirnos? En 1845, Juan Manuel de Rosas era gobernador de Buenos Aires como consecuencia del fusilamiento de Dorrego por parte de Lavalle. Como también estaba a cargo de las relaciones exteriores de la Confederación, impulsó profundas reformas políticas de corte revolucionario. El caudillo dejó de pagar la espuria deuda que habíamos contraído con Inglaterra, sancionó la ley de aduanas para proteger a una incipiente industria nacional y eliminó el Banco Nacional, una sucursal británica en la Argentina.

Pero molestar los intereses de los poderosos, siempre tiene un precio. Franceses y británicos se unieron para debilitar la soberanía nacional con el apoyo de los emigrados argentinos en el Uruguay. En septiembre de 1845, Inglaterra y Francia bloquearon una vez más el puerto de Buenos Aires. El 20 de noviembre, ingresaron por el río Paraná, y quisieron avanzar para vender sus mercancías. Ellos tenían la flota más poderosa del mundo. Nosotros teníamos cuatro baterías a cargo de 160 artilleros. Mil milicianos de infantería con algunos cañones de bronce y dos escuadrones de caballería a cargo de Facundo Quiroga, hijo.

La lucha empezó a las 8 y media de la mañana. Al igual que en las invasiones inglesas a Buenos Aires en 1806 y 1807, cerca de 300 vecinos y vecinas lucharon junto a la infantería y la caballería para repeler al enemigo. El combate fue desigual y después de 8 horas, se acabaron las municiones.

Ya exhaustos, y con el enemigo cada vez más cerca, Mansilla decidió realizar una última patriada: encadenar de orilla a orilla la costa. La flota anglofrancesa logró romper las cadenas pero los buques mercantes no pudieron desembarcar y decidieron retirarse.

Desde el punto de vista militar, si miramos sólo los números, fue una derrota; pero la sangre derramada en este suelo no fue en vano. Por eso estamos hacemos memoria. Para recordar que somos un pueblo que lucha y que siempre es posible resurgir de las cenizas y dar batalla una vez más.»

Cristina Fernández de Kirchner, 20 de noviembre de 2010. Declaración del Día de la Soberanía Nacional como feriado nacional.