En los últimos días se dieron a conocer los datos del Indec con respecto al crecimiento alarmante de la pobreza en nuestro país.  El anuncio fue realizado por la Ministra de Salud y Desarrollo Social, Carolina Stanley y por el Ministro de la Producción, Dante Sica. Ambos se mostraron compungidos por el crecimiento del índice que llego al 32% subiendo en un año más del 6%. Estos porcentajes se traducen en que 14,3 millones de personas en nuestro país son pobres, casi 3 millones más que el año anterior. A su vez, la indigencia creció un 6,7% frente al 4,8% del mismo periodo del 2017.

Al mismo tiempo que se realizaba el anuncio (con la notable ausencia del Presidente Macri que si había estado presente en el 2016 y 2017 todavía sosteniendo la mentira – promesa de “Pobreza Cero”)  ambos ministros se lamentaban diciendo “mantenemos y confirmamos el rumbo de nuestro programa económico”, en una clara provocación,  insensibles ante el sufrimiento  de los pobres, de los desocupados, de los cesanteados , de quienes no pueden llevar un plato de comida a su mesa, de los jubilados, de quienes duermen y viven en situación de calle  porque lo han perdido todo, de las caravanas de hombres y mujeres que buscan en los contenedores de basura, de los que mendigan en semáforos  y medios de transporte .

EL informe de pobreza del Indec muestra que entre los niños, niñas y adolescentes aumento del 39,7% al 46,8%. Esto significa que del total de chicos y chicas menores de 14 años más de 4 millones viven en hogares pobres. En relación con un año atrás hay 700.000 niños y niñas pobres. Y de estos números los que viven en hogares indigentes (es decir, que tienen ingresos por debajo de la canasta de alimentos básicos) se elevó del 6,7% al 10,9%. Otros datos alarmantes sobre la situación socio- económica de nuestro país son que durante el 2018 la desocupación subió al 9.1%, la inflación llego al 47.6% y el crecimiento del país bajo un 2.5%. Sumándose esto a que desde la asunción del gobierno de la alianza Cambiemos, en diciembre del 2015, el precio de los alimentos básicos (como la harina y los aceites) se cuadruplico, el del pan y la leche se triplico; los servicios públicos como la luz y el gas subieron un 2000%, el boleto del transporte público se sextuplico y las naftas subieron su valor cuatro veces más que a mediados del 2015. El Centro de Economía Política Argentina (CEPA) revela que el nivel de pobreza energética asciende a casi un 53%, y los pobres energéticos severos a más del 27%. Los hogares sin acceso a gas resultan ser los más afectados. La incidencia de los servicios públicos en un salario promedio llega al 20 % considerando luz, gas, agua y transporte.

La deuda externa total aumento durante el cuarto trimestre del 2018 u$s 43.372 millones (+18%) hasta los u$s 277.921 millones, respecto a igual período de 2017. Por la devaluación del peso y el mayor endeudamiento, la deuda pública, interna y externa, en pesos y en moneda extranjera, sumó al 31 de diciembre pasado US$ 332.191,8 millones, equivalente al 86,2% del PBI. Esto quiere decir que cada argentino y argentina debería desembolsar US$ 7.500 o unos $ 330.000 para cancelarla. Sumado el endeudamiento en pesos, la deuda pública es de más del 90% del PBI. También, durante el 2018, el 10% más rico de la población se quedó con el 35,1% del ingreso nacional, mientras que el mismo porcentaje más pobre solo recibió el 1,7%.

La pobreza no es un simple número. Son familias a las que sus ingresos no les alcanzan para cubrir una canasta básica de bienes y servicios, situada hoy en $ 27.570, o de alimentos, la llamada canasta de indigencia ($ 11.117 mensuales por familia). Dado el ritmo de aumento del precio de los alimentos se espera que la situación se agrave aún más. Sólo en el primer bimestre del año la inflación de este rubro fue del 9,3%, por encima del nivel general (6,8%), lo que indica quiénes son los que más sufren con la inflación y con el plan económico.

Ante esta situación, desde la Comisión de Inclusión y Desarrollo Social del Instituto Patria, creemos imprescindible denunciar la negligencia del gobierno de Cambiemos y sus funcionarios que siguen justificando el modelo económico a costa del hambre y la miseria de nuestro pueblo. Los datos de pobreza e indigencia muestran que las políticas públicas que impulsan desde diciembre del 2015 han fracasado, que las mentiras de campañas se develaron; y que son estas políticas económicas, de aumento de la inflación, suba incontrolable del dólar, crecimiento de la desocupación las que generan que el 32% de los argentinos y argentinas tengan los derechos esenciales totalmente vulnerados que ponen en riesgo la salud, el crecimiento y el desarrollo de toda una generación. Que a la Ministra Stanley  no se le mueva ni un musculo, al anunciar este número significa que les importa poco el destino de millones de argentinos y argentinas que cada día ven reducidos drásticamente su calidad de vida; siendo la responsable de la cartera que tiene entre sus misiones desarrollar políticas para la población más vulnerable; Ministerio que hoy se encuentra sin acciones territoriales, vaciado, y sin respuestas.