Las y los artistas, intelectuales y representantes de la cultura nos organizamos para defender a Cristina, para defender la democracia.

Cuarenta años de vida democrática están ahora bajo asedio y peligro en la Argentina. Mientras nuestra Constitución Nacional establece sin ambigüedad el principio de inocencia en tanto no se demuestre lo contrario, una inmensa campaña de las corporaciones mediáticas y la oposición neoliberal pretenden convencer a los argentinos de la supuesta culpabilidad de Cristina Fernández de Kirchner, ex presidenta de la Nación por dos períodos, actual vicepresidenta en ejercicio, y la líder política más votada de la historia argentina luego de Hipólito Yrigoyen y Juan Domingo Perón. Con “tres toneladas” de acusaciones falsas y sin una sola prueba, desataron una guerra judicial contra Cristina para buscar su proscripción como candidata del peronismo, el movimiento popular más vasto de nuestra patria y para estigmatizar a la dirigencia política del campo popular. Buscan así disciplinar y someter la capacidad transformadora de los gobiernos populares. Hemos asistido, así, a esta campaña espuria y al pedido sin fundamento alguno de 12 años de condena e inhabilitación para ejercer cargos públicos de CFK. También se denegó su solicitud para ampliar su defensa, a través de una nueva declaración, lo cual viola las normativas vigentes y explicita la intención de proscribirla amenazando así nuestra democracia. Esto constituye lisa y llanamente una explícita vulneración de los derechos de Cristina en una causa repleta de arbitrariedades. La Argentina ha vivido situaciones similares cuando con acusaciones infundadas de corrupción Juan Domingo Perón fue proscripto por 18 años, iniciándose así uno de los períodos más oscuros y violentos de la Argentina.
En toda América Latina ha existido y existe una persecución contra líderes como Dilma Rousseff, Lula Da Silva, Rafael Correa, Jorge Glas, Evo Morales, Mel Zelaya y Fernando Lugo. Hemos asistido en estos años a golpes militares, encarcelamientos, intentos de asesinato y destierros de estos líderes populares latinoamericanos. Las grandes corporaciones mediáticas-financieras nacionales e internacionales utilizan a sectores del Poder Judicial para intentar impedir un nuevo ciclo de transformaciones, y pretenden destruir los viejos y nuevos derechos conquistados. El mecanismo de la persecución y proscripción es idéntico en toda América Latina y ahora se despliega con nitidez en la Argentina: No hay pruebas contra Cristina Fernández. Se le niega su derecho a la defensa. Porque en realidad no se trata de la llamada “Causa Vialidad”, se trata de los logros de los 12 años de gobierno popular, del futuro de quienes más sufren y de la defensa del patrimonio y la riqueza que intentan saquear en la Argentina.
Por eso, el pueblo argentino comenzó y seguirá con una potente movilización como sólo puede concebirse cuando la Patria está en peligro. Miles de jóvenes, trabajadoras, trabajadores, estudiantes, científicos, artistas, han comenzado a salir a las calles y a las plazas para defender la democracia. Mientras la movilización crece, referentes sociales y políticos de diversos sectores coordinan las acciones masivas que serán necesarias para garantizar los derechos civiles y políticos de Cristina Fernández y de todo el pueblo argentino. Fue y es con el pueblo en las calles que las y los argentinos impidieron el 2X1: la liberación de genocidas que intentó la Corte Suprema durante el gobierno de Macri. Y así fue, es y será siempre: porque fue el pueblo en la calle quien liberó a Perón el 17 de octubre de 1945 y también logró su retorno en 1973. Fue el pueblo en la calle quien acompañó a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo para garantizar el fin de la impunidad asesina de los dictadores. Es con millones de cuerpos y almas que se abrazan en esta lucha democrática y popular que se impedirá la violencia contra nuestra vida democrática.
Hoy los y las argentinas se movilizan unidos en defensa de la democracia y de los derechos vulnerados por un Poder Judicial que violenta no sólo los de Cristina Fernández a un juicio justo, sino que intenta el arrasamiento de los derechos económicos, sociales y humanos viejos y nuevos conquistados durante sus mandatos. El pueblo argentino se levanta todo en defensa de la democracia que costó sangre y lágrimas conseguir. Sabe que tiene una misión histórica y que es ahora: logar el triunfo democrático contra la guerra judicial como primer paso para mantener y potenciar la igualdad y la justicia social en la Argentina y en nuestra querida Latinoamérica.
Convocamos a todos los argentinos y las argentinas a defender nuestra democracia.

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Instituto PATRIA