Durante la tarde-noche del martes 12 de junio el Instituto Patria fue sede de la presentación que la abogada Claudia Cesaroni realizó del libro Masacre del Pabellón Séptimo, en el que se reconstruye y aborda el asesinato de 64 personas privadas de su libertad, en plena dictadura cívico-militar, en la cárcel federal de Villa Devoto. La acompañaron sobrevivientes, familiares de las víctimas y una ex presa política de aquellos años.

Dos sobrevivientes, la hermana de una víctima y una ex presa política que pasaba sus días y noches en la cárcel de Devoto, aportaron testimonios en primera persona de las consecuencias que dejó para siempre en sus cuerpos y vidas la masacre de 65 presos que encabezó el Servicio Penitenciario Federal, el 14 de marzo de 1978. Junto a ellos, y tan conmovida como el primer día que comenzó a desenmascarar la verdadera historia de los hechos que habían ocurrido aquel día, estaba sentada la autora del libro, Cesaroni.

El horror es intransferible, dijeron los sobrevivientes.

Cesaroni contó que el disparador de su investigación fue la lectura de “Crónica de muertes silenciadas. Villa Devoto, 14 de marzo de 1978”, del criminólogo, como ella, Elías Neuman. No había sido un motín, sino una masacre. Las personas privadas de su libertad fallecieron asfixiadas, quemadas, baleadas. El SPF no dejó ingresar a los bomberos. Los medios de comunicación presentaron los hechos como el Motín de los Colchones y la justicia federal no impulsó ninguna investigación.

Así fue que Claudia Cesaroni, una abogada con una lucidez y fortaleza notable, aparte de fuertes convicciones, junto a un grupo de sobrevivientes y familiares de víctimas de la masacre -que fue conociendo luego de abrir un blog y en especial luego que el Indio Solari mencionara la publicación de su libro, en 2013, en el recital que ofreció en Mendoza-,  luchó para que la causa no solo no sea olvidada sino que los hechos fuesen considerados delitos de lesa humanidad, ya que el SPF estaba bajo la órbita operativa del Primer Cuerpo del Ejército Argentino.

La hermana de una de las víctimas encontró un espacio de pertenencia en el colectivo que hoy sigue luchando para se haga justicia con la causa.

Les rechazaron el pedido en primera instancia, pero en 2014 la Cámara Federal porteña resolvió “declarar que los hechos ocurridos en el pabellón séptimo de la Unidad 2 de Devoto configuran crímenes de lesa humanidad”. Aparte, en 2012, la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación señalizó la unidad penitenciaria de Devoto como un Espacio de Memoria, debido a que allí se habían producido, durante la última dictadura, delitos de lesa humanidad.

El libro está prologado por el Indio Solari y e ilustrado por Rocambole, músico y diseñador de todas las tapas de los discos de los Redondos. Cesaroni contó que el libro fue hecho a pulmón, junto a la pequeña editorial Tren en Movimiento y la Cooperativa Esquina Libertad, conformada por un grupo de internos del penal de Devoto y participantes del Centro Universitario Devoto (CUD). Entre todos solventaron los gastos de edición y publicación.

Eckerl puso la palabra de los ex detenidos por razones políticas que estaban en Devoto en 1978.

Cesaroni y el resto del panel (Roberto Montiel-sobreviviente; Verónica Ambrosio-familiar de una víctima; y Isabel Eckerl) contaron que hace unos días la Legislatura porteña aprobó un convenio firmado entre la Nación y la CABA para mudar la cárcel de Devoto a Marcos Paz, en provincia de Buenos Aires. Contaron que no están de acuerdo, entre otras razones, porque la investigación sobre los hechos ocurridos el 14 de marzo de 1978 quedaría trunca, porque no el gobierno porteño no aclara que sucederá con la señalización.

Antes y después de la presentación de los objetivos y la agenda del Instituto Patria, a cargo de su presidente, Oscar Parrilli, frente a los hombres y mujeres que ocuparon la platea del auditorio, por los parlantes del equipo de sonido sonaron los dos temas que el Indio Solari escribió en relación a la masacre del pabellón séptimo: Pabellón séptimo y Toxi Taxi.